Hay historias de mis sueños que caminan a mi lado, en veces como amigas, otras como hermanas, algunas, niegan que existí en ellas, me tratan de mendigo o como a un desconocido. Historias que golpean mi realidad, me hacen sentir miserable, decoloran mi sangre y arrugan mi corazón, tal como queda la envoltura de un regalo recién descubierto. Historias que me hacen meditabundo de pensamientos sin destino, caminar entre nubes aunque el suelo sea firme o respirar cansado siendo mi andar lento.
Hay historias de mis sueños con suspensos angustiantes, maratónicas persecuciones de policías y ladrones, batallas con guerreros que elimino con un dedo. Historias donde actúo de escapista, hechicero, alquimista, mago, delincuente, policía, activista, androide, marciano, venusino, cura alegre, deportista. Cautivo siempre, mutante en todas.
Hay historias de mi sueños, de principios felices, confortantes momentos, inaudibles carcajadas, amistades efímeras y milagros inesperados; de romances inconclusos que trascienden sus fronteras, que confunden mi mente, en torpe me vuelven, engañan a mis labios y dejan líquido en mis ojos.
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