viernes, mayo 25, 2007
La voz de tu mirada
¡Que profunda voz la de tus ojos!
tan nítida, tan segura,
tan inmortal, audazmente perorando
con la niebla del milagro que añore,
vociferando colores, recuerdos, pasiones,
anhelos, virtudes. Virtudes que son tuyas,
que me pertenecen, que las poseo,
que las hago mías y es hasta entonces que sabes son tuyas.
¡Que profunda voz la de tus ojos!
y tu henchida lengua que lame los aromas de mi tierra,
las amarguras abismales de mis desvelos,
los sueños coloridos de mis neuronas medio muertas,
las dimensiones de mis paredes internas.
Que cerca me mira tu voz, esclava de tu henchida lengua,
que comunes y corrientes los oídos que la miran,
que ignominia el fingir que la comprendo.
Desde la manchas de tinta, el mortal golpe de la indiferencia
Tzinacantli
miércoles, mayo 09, 2007
No me gustan las mariposas
Eso me dijo Fernando Cisneros, y pienso, ¿acaso lo más hermoso no es efímero?
Una mariposa, frágil y a la vez fuerte, un orgasmo, intenso y placentero, el nacimiento de un nuevo ser, el milagro cotidiano, un amanecer, el principio de algo nuevo, un atardecer, el comienzo de algo excitante, una flor, romántica y tierna, el paso de una estrella fugaz, la noción de que hay algo más, el ultimo aliento, sin palabras.
Mi abuela un día me dijo:
todo lo hermoso dura solo un instante, y quizá, quizá...